martes, 13 de septiembre de 2011

"Tejada se llevó a Jorgito”

Fuente: Página/12
Las declaraciones de dos periodistas y de un ex integrante del Destacamento de Inteligencia 144 de Mendoza complicaron la situación del militar retirado Luis Tejada y de su esposa, Raquel Quinteros, en el marco del juicio que se les sigue por la supuesta apropiación de un hijo de militantes de montoneros secuestrados y desaparecidos durante la última dictadura militar. “Los testimonios confirman que Tejada tenía pleno conocimiento del destino de los padres de Jorge, de que no se trataba de un niño abandonado y de que se lo apropió bajo el sistema de apropiación de bebés durante la dictadura”, destacó Mariano Gaitán a Página/12, quien junto a su colega María Inés Bedia, ambos abogados de Abuelas de Plaza de Mayo, y los fiscales Mateo Bermejo y Dante Vega ejercen la querella en el proceso.
Ayer se retomaron las audiencias en el Tribunal Oral Federal de San Juan que enjuicia a Tejada y Quinteros por la apropiación de Jorge Guillermo Goya Martínez Aranda, la falsificación de sus documentos y la sustitución de su identidad. Martínez Aranda nació en España y llegó a Mendoza con sus padres biológicos, Francisco Luis “Oly” Goya y Lourdes Martínez, en 1980, cuando regresaban al país para la Contraofensiva. La pareja fue detenida en la frontera con Chile y, según los testimonios oídos en la audiencia, torturados en por lo menos dos lugares de la provincia y trasladados a Buenos Aires. Jorgito, en cambio, habría sido apropiado por Tejada, con quien vive hasta hoy, en San Juan. En 2008, luego de que su medio hermano Emilio presentara a la Justicia una investigación sobre el paradero de ese niño que inició seis años antes, Jorge recuperó su identidad a través de un análisis de ADN que realizó el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).
Los datos más ricos surgieron del testimonio de un ex miembro del Destacamento de Inteligencia 144 de Mendoza, testigo protegido en la causa. “Tejada se llevó a Jorgito” de la sede militar mendocina, aseguró Antonio Eduardo Cruz ante el tribunal, aunque no fue lo único que dijo.
En su extensa declaración, el hombre aseguró que “a Oly Goya; su compañera, una mexicana morocha y delgada, y a su hijo Jorgito, los secuestraron en el paso fronterizo de Mendoza y los llevaron a una casa que tenían prestada del ferrocarril Belgrano en Punta de Vacas”, donde añadió que “le dieron una primera zurra...”. Detalló que el Ejército “recibió la información de la Gendarmería Nacional de que esta pareja venía con pasaportes falsos en un colectivo desde Chile a la Argentina”.
Entonces, comenzó a narrar el horror: que al de-saparecido Francisco Luis Goya “lo colgaron del cuello con un cinturón de un palo del techo de la casa hasta que se puso morado y le preguntaban qué carajo andaba haciendo con pasaportes falsos” y que pudo ver “las marcas que tenía el muchacho en el cuello”. . Que a la pareja “la llevaron al centro clandestino de detención que había en la Planta Transmisora de Radio Nacional en El Sauce”, una localidad cercana al centro de Mendoza. Que allí vio cómo “la madre mexicana amamantaba al bebé” y escuchó los “gritos de dolor” de Goya, quien “fue torturado salvajemente”. Respecto del destino del matrimonio secuestrado, informó que había sido “trasladado al Batallón 601 de Buenos Aires, que dependía del CRIM, en un avión Guaraní aportado por la Cuarta Brigada Aérea de Mendoza”.
En cuanto al destino del niño que llegó a Argentina con esa pareja, su hijo, Jorgito, Cruz aseguró que “después llevaron al niño a la sede del destacamento en la capital”, y que allí el suboficial Tejada “le pidió por teléfono al coronel Julio César Bellene que le diera el niño”. En cuanto a la reacción de Quinteros, la esposa del ex suboficial de Inteligencia acusado de apropiador sostuvo: “Creo que al principio no estaba de acuerdo, pero pienso que después lo aceptó porque los padres no aparecieron más”.
“No había hablado antes a pesar de que quise hacerlo, porque no tenía seguridad y porque cuando yo salí del Ejército me dijeron: si hablás, morís”, relató el testigo, que aseguró que “hay muchos” en su situación.
Previo a su testimonio, Cruz fue mencionado ante el tribunal por los periodistas Diego Martínez, de Página/12, y Rodrigo Sepúlveda, de Radio Nacional Mendoza, quienes dijeron que escucharon su relato a fines de 2006 en una reunión que compartieron junto con los abogados Carlos Varela, Diego Lavado, Pablo Salinas y Alfredo Guevara, integrantes del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.
Diego Martínez precisó que, entonces, Cruz “se quería sacar el peso de encima y declarar”, pero que “no lo hizo ante la Justicia porque no conseguimos incluirlo en un programa de protección de testigos”. Por su parte, Sepúlveda confirmó que escuchó de parte de Cruz que “a los padres del niño los llevaron a una casa que el ejército le había pedido al ferrocarril en Punta de Vacas donde los torturaron salvajemente”, que “el niño había quedado en el destacamento” y que “Tejada se encariñó y se lo llevó, y hasta le hicieron un certificado de nacimiento”. Añadió que el testigo “dejó en claro que quien coordinaba la represión y secuestro de los montoneros que regresaban al país en el marco de la Contraofensiva era el coronel Julio César Bellene” y que “era él quien disponía sobre el destino de los menores”.
Ayer también declaró Carlos Garaventa, efectivo que participó en el allanamiento que en 2008 la Justicia ordenó realizar en la casa de Jorge Martínez Aranda, con el objetivo de extraer elementos que contuvieran su ADN para analizarlos. Además de la titular del Registro Civil de San Juan, donde Jorge fue inscripto como hijo de Tejada y Quinteros, el resto de las audiencias –hoy y el próximo lunes– serán protagonizadas por dos testigos de aquel allanamiento y la titular del BNDG, María Belén Rodríguez Cardozo. “Lo que buscamos es probar que cada paso del procedimiento de recuperación de la identidad de Jorge se hizo con total transparencia y acorde a la ley”, concluyó Gaitán.

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