martes, 13 de septiembre de 2011

Según testigo, Tejada pidió el bebé mientras lo torturaban al padre

Ayer dio su testimonio un testigo protegido que dijo que vio en Mendoza a la pareja de Goya y Martínez y al bebé.

Fuente: Claudio Leiva - Diario de Cuyo

Antonio Eduardo Cruz, un ex agente del Servicio de Inteligencia de Mendoza que declaró ayer amparado por el sistema de protección de testigos, dijo que vio a la pareja de Francisco Goya -quien fue duramente torturado-, Lourdes Martínez Aranda, y a su bebé en un centro de detención de la vecina provincia. Y que Luis Alberto Tejada, el ex oficial acusado de apropiarse del bebé junto a su esposa, que era su superior, pidió quedarse con el recién nacido, que por aquel entonces tenía entre 10 y 12 meses, porque su mujer no podía quedar embarazada.

La declaración de Cruz, quien dijo que había pedido protección porque cuando dejó el servicio le advirtieron que “si hablás, morís”, fue la sorpresa en la tercera jornada del juicio oral y público que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de San Juan les sigue a Tejada y a su esposa, Raquel Josefina Quinteros, acusados de haberse apropiado del bebé hijo de la pareja que hasta hoy permanece desaparecida.

Cruz, quien dijo que es la primera vez que declara ante la Justicia para contar muchos de los secretos a los que tuvo acceso durante su paso por el servicio de inteligencia que funcionaba en Mendoza en el ámbito del Ejército, está bajo el régimen de testigos protegidos (ver aparte) y por eso se prohibió a la prensa que le tomaran imágenes. Incluso se tomaron precauciones para que no aparezca en el video que está haciendo el Creacom, dependiente de la UNSJ, de este juicio histórico.

Su declaración no estaba prevista, pero dos periodistas, Diego Martínez, de Página 12, y Rodrigo Sepúlveda, de Radio Nacional de Mendoza, que declararon previamente, contaron que se entrevistaron con él en el 2006, y adelantaron algunos datos que había aportado Cruz, aunque ante ellos se había presentado como Esteban. Luego la querella ofreció el testimonio, ante la protesta del abogado defensor de los Tejada, Humberto Conti Pico, quien dijo que era un testigo traído a último momento.

Cruz dijo que desde 1978 a 1996 fue radioperador en el Destacamento de Inteligencia 162 de Mendoza, ex 144 y que Tejada era su jefe, encargado del Pelotón Comunicaciones y del Grupo Escucha. Mencionó que hacían “escuchas” de lo que definió como la oposición, pero que él era un “cachiche”, un poco más arriba que el que barría.

Como parte de su tarea, en una época que ubicó entre el ‘80 o el ‘81, dijo vio en el destacamento de inteligencia en el que trabajaba, en el centro mendocino, un bebé, de nombre “Jorgito”, hijo de la pareja de Goya y de su mujer mexicana, a quienes había detenido en Punta de Vacas porque querían ingresar al país con pasaportes falsos. Y que a Goya le habían dado una primera “zurra” en un centro de detención que había en Punta de Vacas, donde a Goya “lo colgaron del cuello con un cinturón en el techo hasta que se puso morado y recién después lo bajaron”. También contó que a los detenidos los torturaban con picana y con lo que definió como la “mojarrita”, un procedimiento en el cual al detenido lo introducían de cabeza en un tacho de 200 litros lleno de agua hasta que casi se asfixiaba.

A la pareja de Goya y Martínez con su bebé los vio en otro centro de detención que funcionaba en la planta transmisora de Radio Nacional de Mendoza, ubicada en El Sauce. Allí dijo que incluso vio cómo la madre amamantaba a su pequeño hijo.

Sobre Tejada, aunque Cruz primero lo situó en el momento en que torturaron a Goya, después aclaró que el ex oficial sólo participó en un interrogatorio junto a un oficial que mencionó como “el negro Ramírez”. Pero que nunca lo vio participar en sesiones de torturas a detenidos.

Después el testigo dijo que Tejada “casi con llanto, le pidió por teléfono al coronel Julio César Bellene que le diera el niño”. Bellene era el segundo jefe del Batallón 601, y superior de Tejada.

En varios pasajes de su larga declaración, que se prolongó por más de 3 horas, Cruz se excusó de dar nombres de otros militares y civiles que participaban en las operaciones por temor “a que se escapen”.

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